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Las personas que consumen ácidos grasos saturados de la carne podrían tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, mientras que aquellos que dependen de fuentes lácteas o cambian a granos y frutas y verduras podrían estar protegidos, indican investigadores del Reino Unido.
Al examinar los registros de más de 114.000 personas que completaron evaluaciones dietéticas, los investigadores observaron el desarrollo de enfermedad cardiovascular durante más de 8 años de seguimiento.
Aunque no hubo asociación entre la ingesta total de ácidos grasos saturados y el riesgo cardiovascular, el riesgo de enfermedad cardiovascular total aumentó 19% por cada 5% de aumento en el consumo de energía de la carne con ácidos grasos saturados, mientras que el de la cardiopatía isquémica aumentó en 21%.
En contraste, el riesgo de cardiopatía isquémica pareció reducirse por el consumo de ácidos grasos saturados de fuentes lácteas, cayendo 11% por cada aumento de 5% en la ingesta.
La investigación, también mostró que reemplazar la ingesta de energía de los ácidos grasos esenciales de la carne con granos o frutas y verduras redujo el riesgo de ictus en 14%.
En general, los resultados mostraron que "las asociaciones de grasas saturadas con enfermedad cardiovascular variaban según la fuente".
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