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Tradicionalmente el tratamiento de la obesidad consiste en cambios en el estilo de vida, tratamiento farmacológico y cirugía bariátrica. Los cambios en el estilo de vida son las intervenciones más efectivas y seguras a largo plazo, pero difíciles de implementar y mantener. La cirugía es efectiva, pero puede ser riesgosa. No existe tratamiento farmacológico exento de eventos adversos, incluso algunos han tenido que ser retirados del mercado. Combinando cambios en el estilo de vida con tratamiento farmacológico, los pacientes obtienen resultados más rápido, lo que les ayuda a mantenerse motivados.
Indicaciones de tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico está indicando en pacientes con índice de masa corporal > 30 kg/m2 que hayan tenido pobre respuesta a los cambios al estilo de vida, o índice de masa corporal > 27 kg/m2 y que además tengan comorbilidades relacionadas a la obesidad (diabetes, hipertensión, apnea obstructiva del sueño, etc). Se debe ver como un extra a los cambios del estilo de vida y no debe ser la única intervención que hagamos para el control del peso. Se debe combinar con una buena dieta y un plan de actividad física o ejercicio.
Antes de iniciarlo es necesario tener una conversación con el paciente, incluirlo en la toma de decisiones, plantear los potenciales beneficios, efectos adversos, costos, etc, y hacerlo partícipe de la elección de su tratamiento. También es importante hacer una revisión de los fármacos del paciente, favoreciendo aquellos que además causen pérdida de peso, y disminuir, suspender o sustituir, en medida de lo posible, los que causen ganancia de peso.
Tratamientos farmacológicos disponibles
Los estimulantes simpaticomiméticos o análogos de anfetaminas han sido utilizados desde los años 20 para el tratamiento de la obesidad como supresores del apetito. Sin embargo, tienen alto potencial adictivo y sus efectos adversos son importantes, como taquicardia, hipertensión, trastornos psiquiátricos e incluso la muerte. En tiempos modernos, el único aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos es fentermina, solo para su uso en periodos cortos (< 3 meses) o en combinación con topiramato para tratamientos más largos (2 años).
Orlistat, un inhibidor de la lipasa intestinal, es de los fármacos más estudiados, con datos a largo plazo, también aprobado por la FDA. Para su compra no se necesita receta médica.
Agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón (GLP-1), como liraglutida (3 mg al día inyección subcutánea) o semaglutida (inyecciones semanales; aún no aprobado por la FDA). Estos fármacos son costosos.
El objetivo es llevar a los pacientes a un "peso saludable", que es el punto donde sus comorbilidades mejoran y se previene la aparición de otras. Se recomienda que en 3 meses se titule el fármaco a la dosis más apropiada. Si en este tiempo el paciente pierde 5% del peso corporal se considera como respondedor y se puede continuar el mismo esquema. Si no se logra este objetivo se recomienda agregar un segundo fármaco o cambiarlo si tenemos alguna otra razón.
Existen infinidad de tratamientos no probados, suplementos alimenticios, tés, "remedios milagrosos", que incluso pueden ser peligrosos.
Uno de los más usados es Redotex, una combinación de aloína (laxante), atropina (para contrarrestar los efectos adversos de los fármacos estimulantes), diazepam, norpseudoefedrina (análogo de anfetaminas) y triyodotironina (75 µg, es decir 7 a 10 veces más de los requerimientos basales de una persona). Los riesgos de este fármaco son: alto potencial adictivo, disminución de la masa muscular y la densidad ósea, causa de trastornos tiroideos, riesgo de precipitar falla cardiaca, etc. Este fármaco está vetado en Estados Unidos y en caso de que su paciente lo utilice se recomienda descontinuar gradualmente su uso. ¡No se debe de prescribir!
Existen otros fármacos derivados de efedrina que han sido proscritos igualmente por su asociación a desenlaces cardiovasculares adversos, incluso muerte.
Contraindicaciones absolutas
Puntos para tener en cuenta
· Los fármacos para el tratamiento de la obesidad se deben utilizar en conjunto con alimentación adecuada y plan de ejercicios. Por sí solos no son tan efectivos por lo que es importante realizar un abordaje integral y conversar con el paciente para seleccionar el más adecuado. No hay que dudar en utilizarlos en pacientes que tengan una indicación y después de evaluación de los riesgos y beneficios.
· Debemos enfocarnos en mantener un peso saludable a largo plazo.
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